Justo terminaba la conversación con ese extraño hombre cuando de repente
entre las dos lunas del cielo se abrió un extraño boquete… era el boquete de
los viajes en el tiempo, pues escrito estaba en la profecía que se podía
atravesar dicho espacio y viajar en el tiempo por seres femeninos que hubieran
sido dotados de alas desde la temprana edad.
13 años kalpa atrás en el tiempo…
Viola cayó en un espacio de 4 paredes, había muchos hombres vestidos de
oficinista, pero le sorprendió encontrar un hombre con alas, que resultó ser el
mismo del vuelo cercano a su casa en la epístola pasada y con quien conversaba
antes del viaje hacia el pasado. Allí
también poseía alas y podía volar, pero extrañamente no podía ver, si, así como
les cuento esta vez solo veía nebulosas, panoramas grises y etéreos que
destellaban en un ambiente de poca claridad, aunque pese a esta dificultad comenzó
a volar y recorrió caminos oscuros que la hicieron sentir libre, incluso feliz.
La noche de amar al hombre con alas…
Pasaron varios días (contados en kalpas) de vuelos y conversaciones con café y té, Viola sabía
en lo profundo de su pensamiento que tendría que regresar a su tiempo, pues un
loro y un hombre sin alas la estaban esperando para que pagara las cuentas de
la casa, empezara a cocinar y comprara ropa para los matrimonios de sus allegados.
Sin embargo, tenía ganas de quedarse, despojarse de sus alas, de su pensamiento,
de su ropa y del color de su pelo… quería que todo fuera muy simple esa noche y
mimar al objeto de su amor, ese amor que creció rápido como llama en desierto y
que seguramente duraría lo que duran los sueños y los viajes en el tiempo, una corta eternidad…
Amó y fue amada, mimó y fue mimada, conversó y fue escuchada en los
anhelos de su alma… se rieron de sus alas, se recorrieron, se animaron y
avivaron. ¡Ah! La fuerza viva del amor profundo ardió ese día como fogata inagotable.
El regreso…
Pasaron 4 días (contados en Kalpas), Viola despertó sola en su casa, sin alas y aun no descifra
como fue aquél viaje en el tiempo y como logró volar sin ver. 10 años después
aun suele preguntarse.