jueves, 25 de octubre de 2018

Extraviados y oscuros

Llamo de vuelta esa fría noche de vinos y estrellas, pido sin cesar su regreso, y aunque sé que los extraviados que conocí no son de figura sagrada, oro por ellos como si fueran a salvarme, por ellos me convierto inconscientemente en la más ferviente feligrés en esta oscuridad, por ellos soy desgraciada en mi fortuna, por ellos me igualo a todos los que esperan un paraíso en vano, por ellos hoy mi alma cree en la liberación de mi carne, por ellos quiero morir ya que por ellos recordé existir. Por ellos te agradezco dueño de ellos, dueño de los extraviados, dueño de tus labios.

Volando a ras del suelo


Tuvo que hacerse el alma trizas... dejar de creer y volverlo a hacer.

Volando a ras del suelo tuvo que dejar de sonreír falsamente para empezar a llorar con sinceridad y luego,  al caer el sol volver al inicio sin máscaras...

Volando a ras del suelo llegó un día en el que estando frente a él con el bolso vacío y las botas gastadas  tuvo que admitir que se conmovía y que sería capaz de mover el mundo... 

Volando a ras del suelo tuvo que renunciar y dejarse a sí misma para  volar  más alto, más rápido y más lejos con sus propias alas, pues ya había sido rescatada.