Tuvo que hacerse el alma
trizas... dejar de creer y volverlo a hacer.
Volando a ras del suelo tuvo
que dejar de sonreír falsamente para empezar a llorar con sinceridad y
luego, al caer el sol volver al inicio
sin máscaras...
Volando a ras del suelo llegó un día en el que estando frente a él con el bolso vacío y las botas
gastadas tuvo que admitir que se
conmovía y que sería capaz de mover el mundo...
Volando a ras del suelo tuvo
que renunciar y dejarse a sí misma para
volar más alto, más rápido y más
lejos con sus propias alas, pues ya había sido rescatada.
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