"ESPERAD AL AMOR
Haceos dignos del Amor y sabed comprender
al Amor… ese excelso niño mago con alas de cisne y garganta de ruiseñor, que no
se anuncia con torbellinos de deseos ni con preludio de festines o de saraos
sino con la suave atracción de un alma hacia otra alma, sin egoísmos, sin
ambiciones, sin interés, sin doblez y sin engaño, como vais nosotros a una
fuente a pedirle agua clara, como vais a los jardines a pedirles perfumes, como
pedís a la tarde sus dorados arreboles y a la mañana su celeste resplandor y a
las noches sus sombras silenciosas y la dulce claridad de sus estrellas!...
Esperad al Amor como él quiere ser
esperado, como al divino embajador que llega a vosotros cargado de dones y de
poderes para hacer de dos vidas, una vida, de dos almas una sola alma, de dos
corazones un solo corazón, de cuyas palpitaciones surjan nuevas vidas y como
río caudaloso la paz, la dicha y la virtud!
No malgastéis vuestro tiempo en buscar al
amor entre el tumultuoso laberinto de las plazas donde los mercaderes
comercian, ni por los frecuentados caminos pasaje de muchedumbres, ni en los
pórticos de los palacios donde el lujo, el soborno y la lisonja carcomieron
como orugas el tallo y la raíz de las flores más hermosas!...
Al Amor no se le busca!... ¡Al Amor se le
espera! ¿Dónde? En la suave tibieza del hogar paterno, templo augusto de la
vida y del deber donde el Amor renace y se prolonga indefinidamente en los
hijos de los hijos, como una inmensa cadena de flores comenzada a tejer por un
viajero en la primera jornada y que caminando siempre hacia el sol naciente
llegase al mismo punto de partida, dejando a la tierra enlazada por una
guirnalda de flores que no termina en ningún punto y está en todas partes!...
Tal es el Amor, si la humanidad supiera
comprenderlo!
-
Abel -"
Nota. Esta publicación fue un regalo que fue dejado en mi computadora.
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