sábado, 25 de mayo de 2013

RETRATO DE LA MUJER ALADA


Sucede que algunas veces me gusta pensar que puedo ser elocuente y poetiza… Sucede que en esta naturaleza hay una intuición a la que ya no le pongo precio… y junto con ella un susurro que exige libertad...

Continúa el retrato de Viola:

Las luces tenues del tren de la desesperación estaban cada vez más lejos y Viola había crecido mucho durante los últimos años,  contando desde la vez que despidió al Jovén D., ya no tenía contextura de jovencita, llevaba consigo unos kilos demás y una nueva cicatriz o tal vez dos.

Se conoció con aquél hombre en un pequeño viaje… la pobre no recuerda mucho los detalles porque tiene mala memoria, sin embargo logró indicar que ese día fue un día feliz,  tal vez el más feliz de los 12.

Él por su lado poseía un encanto natural… no sabía bailar y pretendía hablar de cosas “importantes” en medio del caos, ella por su lado,  ya no se hacía muchas preguntas, pues se había dado cuenta que había un grupo de cosas que jamás lograría entender  y por ello sus decisiones se alejaban cada vez más de cualquier elucubración mental que la llevara finalmente a la inacción… un día decidió aprender a volar así que dejó los tiquetes de Tren y empezó a construir sus propias alas…

Con esas Alas quería proponer una cita.. o tal vez aceptarla… no es muy claro cual es el orden de los factores.

La cita pretendida era con el joven del pequeño viaje de cuyos ojos Viola parecía prendada, le gustaba observarlos porque le regalaban libertad; así que en una tarde gris dijo desde la soledad de su casa al lado del Gato P., que usaría aquellas alas para volar al Mar a ver esos bonitos ojos…

La cita sería propuesta para el jueves a las 22:00 en algún lugar al lado del Mar…

 

 

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