Llamo de vuelta esa fría noche de vinos y estrellas, pido sin cesar su regreso, y aunque sé que los extraviados que conocí no son de figura sagrada, oro por ellos como si fueran a salvarme, por ellos me convierto inconscientemente en la más ferviente feligrés en esta oscuridad, por ellos soy desgraciada en mi fortuna, por ellos me igualo a todos los que esperan un paraíso en vano, por ellos hoy mi alma cree en la liberación de mi carne, por ellos quiero morir ya que por ellos recordé existir. Por ellos te agradezco dueño de ellos, dueño de los extraviados, dueño de tus labios.
jueves, 25 de octubre de 2018
Volando a ras del suelo
Tuvo que hacerse el alma
trizas... dejar de creer y volverlo a hacer.
Volando a ras del suelo tuvo
que dejar de sonreír falsamente para empezar a llorar con sinceridad y
luego, al caer el sol volver al inicio
sin máscaras...
Volando a ras del suelo llegó un día en el que estando frente a él con el bolso vacío y las botas
gastadas tuvo que admitir que se
conmovía y que sería capaz de mover el mundo...
Volando a ras del suelo tuvo
que renunciar y dejarse a sí misma para
volar más alto, más rápido y más
lejos con sus propias alas, pues ya había sido rescatada.
jueves, 16 de agosto de 2018
Sobre los viajes en el tiempo
Justo terminaba la conversación con ese extraño hombre cuando de repente
entre las dos lunas del cielo se abrió un extraño boquete… era el boquete de
los viajes en el tiempo, pues escrito estaba en la profecía que se podía
atravesar dicho espacio y viajar en el tiempo por seres femeninos que hubieran
sido dotados de alas desde la temprana edad.
13 años kalpa atrás en el tiempo…
Viola cayó en un espacio de 4 paredes, había muchos hombres vestidos de
oficinista, pero le sorprendió encontrar un hombre con alas, que resultó ser el
mismo del vuelo cercano a su casa en la epístola pasada y con quien conversaba
antes del viaje hacia el pasado. Allí
también poseía alas y podía volar, pero extrañamente no podía ver, si, así como
les cuento esta vez solo veía nebulosas, panoramas grises y etéreos que
destellaban en un ambiente de poca claridad, aunque pese a esta dificultad comenzó
a volar y recorrió caminos oscuros que la hicieron sentir libre, incluso feliz.
La noche de amar al hombre con alas…
Pasaron varios días (contados en kalpas) de vuelos y conversaciones con café y té, Viola sabía
en lo profundo de su pensamiento que tendría que regresar a su tiempo, pues un
loro y un hombre sin alas la estaban esperando para que pagara las cuentas de
la casa, empezara a cocinar y comprara ropa para los matrimonios de sus allegados.
Sin embargo, tenía ganas de quedarse, despojarse de sus alas, de su pensamiento,
de su ropa y del color de su pelo… quería que todo fuera muy simple esa noche y
mimar al objeto de su amor, ese amor que creció rápido como llama en desierto y
que seguramente duraría lo que duran los sueños y los viajes en el tiempo, una corta eternidad…
Amó y fue amada, mimó y fue mimada, conversó y fue escuchada en los
anhelos de su alma… se rieron de sus alas, se recorrieron, se animaron y
avivaron. ¡Ah! La fuerza viva del amor profundo ardió ese día como fogata inagotable.
El regreso…
Pasaron 4 días (contados en Kalpas), Viola despertó sola en su casa, sin alas y aun no descifra
como fue aquél viaje en el tiempo y como logró volar sin ver. 10 años después
aun suele preguntarse.
viernes, 3 de agosto de 2018
Mirarte en el espejo de mi pensamiento
…Viola
sobre el calendario, 3:30 pm del mismo día, sólo que 5 años después.
...Eran
las 3:30 pm del segundo sábado de abril, las maletas estaban guardadas, la ropa
llevaba algunos años organizada, la vajilla de la casa tenía algunas señas de
uso, la cama tenía el olor de las cosas que se usan y ella tenía sus manos más secas.
Los
días pasaron como velero sin cometa, hasta que en el segundo sábado de julio
(muy parecido a los sábados de abril) se encontró con un hombre que volaba para otro
cielo para otro espacio (al parecer estaba perdido), casualmente él estaba
buscando a la que vuela sin saber que Viola tenía un par de alas guardadas y no
quería mostrar.
La
conversación giró en torno a los campos de los cielos y sus dueños, pero era difícil acercarse
a hablarse porque el estaba en pleno vuelo y ella desde la tierra insistía en
advertirle y contarle… pensó en volar hacía él, pero Viola tenía las alas en el
depósito y había perdido (no se sabe si a propósito) las llaves de aquél lugar,
sin contar que era muy engorroso ir hasta allá; la verdad es que lo pensó mucho rato, y lo pensó y lo siguió pensando pero no se decidió bajar a ese horrible lugar… pues había comprado un auto y una
jaula para no tener que usar alas. Desde los tiempos del sol brillante
se había tornado un juego muy peligroso andar mirando lagos infinitos en los ojos
de algunos hombres soñadores que merodeaban en los cielos volando...
Aquel muchacho la había puesto muy inquieta, así que pensando en ser de gran
ayuda recordó su gran poder. Cerró sus ojos y desde la tierra con lo más profundo
de su energía azul le dijo: “mira en el espejo de mis pensamientos y verás que
debes volar, más allá de este cielo, que hoy no es nuestro cielo, más allá de
estas dos lunas que hoy son todas mías, para un regreso caminando por la ruta
de las flores donde seguramente habrás tocado y habrás fallado”… Mirarte en el
espejo de mi pensamiento para que nunca estés a la deriva, y no pierdas tu
libertad, sigue corriendo por tu cielo y no te compres un auto, ni un loro, ni
una jaula, seguramente así podrás más tiempo permanecer muy alto sin flaquear”.
¡De
repente cambio de color el cielo y el hombre desapareció! Viola guardó el loro,
la jaula y el auto...respiró y entró a su casa en dos piernas caminando como
caminan los que olvidaron volar.
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